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Sunday, December 04, 2022

 Pasaron muchos después de idealizar al amor de mi vida.

Hace un par de años encontré al amor de mi muerte.

Éramos perfectos: desde niños hicimos las mismas pendejadas, 

Nuestros respectivos trastornos desgraciaron nuestro proceso de maduración temprana,

estábamos ahogándonos en el mar de nuestras malas decisiones, 

pero nos unió la pasión y la mutua admiración.


Fuimos el uno del otro y viceversa.                                                                              

El moretón pal chigazo.

Yo era el rey de la miada a una mano 

y ella: la reina de la chaqueta manca.


Mis mejores carcajadas, 

mis mejores orgasmos, 

mis mejores comidas,

mis mejores cricias

mis más densas y sentidas lágrimas, 

mi felicidad entera, pura y sincera.

fueron de, para y con ella.


Ella se equivocó innumerables ocasiones (pero siempre me pedía que no lo tomara personal),

yo en contadas, pero bien culero.... 

y así nuestras locuras colisionaron.


Yo la perdoné, ella a mí no.

Lo peor fue que le dije: "tú me vas a dejar cuando termine la pandemia"... y así fue.

y hoy estoy aquí: deambulando entre fantasmas, soledades y máscaras gastadas... 


Desempolvando este soundtrack de mi solitud.