Adicto a ella...
La ve hoy y la anhela mañana, pasado y después... y más, hasta volver a encontrarse.
Su problema es no poder decirlo, más allá de la mirada.
Adicto al momento...
Quiere regresar más y más hasta volver el tiempo, desdoblarlo y repetirlo.
Su problema es el error continuo.
Adicto a su adicción:
El sólo escuchar su nombre le arranca el más profundo suspiro, percibirla le provoca el más grande dolor por no poder hacerlo en todo momento: debe esperar la ocasión.
Su problema es destino.